Editorial: Planeta DeAgostini.
Guión: Brian K. Vaughan.
Dibujo: Fiona Staples.
Páginas: 168.
Precio: 16,95 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Octubre 2012.
Saga marcó el regreso al mundo del cómic de Brian K. Vaughan, guionista que ha trabajado en las series más importantes de DC y Marvel, que ha triunfado con títulos como Ex Machina, Y, el último hombre, Runaways o la novela gráfica Los leones de Bagdad. Y regresó con una historia de ciencia ficción y fantasía que dibuja Fiona Staples, sobre una pareja de soldados de diferentes razas unida por el amor y por el nacimiento de su hija mestiza. El arranque de este título, de premisa manida pero con una formidable mezcla de inspiraciones, es brillante y prometedor, genial en muchos momentos. Image promocionó Saga como una mezcla entre Star Wars y Juego de tronos y el propio Vaughan confirma que la inspiración para la historia, que concibió de niño, está en la epopeya galáctica de George Lucas. La alusión a Romeo y Julieta que hay en el artículo que acompaña a la edición española tampoco parece estar muy desencaminada, incluso hay elementos bíblicos diseminados en su guión, y el hecho de lidiar con un bebé mestizo llevará a los nostálgicos de la ciencia ficción de los años 80 a pensar en la serie de televisión V. Por encima de todo, lo que Vaughan crea es un cóctel que no tiene ambiciones multimedia y quiere vivir únicamente en el mundo del cómic.
Terrada es un planeta que está en guerra con su satélite, Guirnalda. Como la destrucción de uno conllevaba la del otro, las razas de ambos llevaron su guerra a otros mundos. Alana y Marko proceden de cada uno de los bandos enfrentados, pero se enamoran y tienen una hija. A partir de ese momento quieren renunciar a la violencia que llenaba sus vidas y dejar atrás el conflicto para criar a la pequeña. Ninguno de los dos bandos estará dispuesto a perdonar su deserción tan fácilmente y así se inicia la carrera por la supervivencia de Alana y Marko. Vaughan, hay que insistir en esa idea, no crea una serie excesivamente original en sus planteamientos iniciales, pero sí da un nuevo y enriquecedor enfoque que han hecho de éste el título revelación del año pasado en el cómic norteamericano. Que se trate de un cómic para adultos le da una libertad y una variedad temática que seguramente no habría podido tener con personajes ya establecidos de Marvel o DC. Es por eso que el autor asegura sentirse mucho más cómodo trabajando con sus propias creaciones, es por eso que los límites del género se ven sobrepasados o reinterpretados una y otra vez en las ideas del guionista.
El primer gran triunfo de Vaughan, desde la primera página, es que consigue que el lector empatice con los protagonistas con una facilidad inusitada. Lo hace mostrando elementos, sensaciones, reacciones o diálogos cotidianos, perfectamente adecuados a los padres primerizos e inexpertos que protagonizan la historia. Es, por encima de todo, un relato personal que llega aún más lejos porque el guionista entrega el papel de narradora a la hija de esta pareja, con lo que el relato es un extenso flashback. Pero, al mismo tiempo, Vaughan, ganador de cuatro premios Eisner, va mucho más allá del relato intimista que se plantea y le da un envoltorio épico y de grandes dimensiones. No solo por el escenario bélico en que transcurre, sino por la gran variedad de personajes secundarios que hacen avanzar la historia a diferentes niveles. Y es que en Saga hay criaturas de aspecto impactante, fantasmas de buen corazón, sanguinarios cazarrecompensas con sentimientos o caprichosos dirigentes planetarios. La mezcla confiere a Saga un tono diferente y atractivo. Si Vaughan conjuga ambos elementos perfectamente en su guión, lo mismo se puede decir del elegante trazo de Fiona Staples. Si es capaz de dibujar criaturas como la Gata de la Mentira, El Tallo (una autómata que caza a los protagonistas por la recompensa) o Izabel (el fantasma de una niña), y escenarios tan exóticos como deslumbrantes, también otorga una sensibilidad impresionante a los rostros de sus protagonistas.
La empatía con los protagonistas no nace solo de las situaciones, sino también del trabajo de Staples. No es fácil encontrarle pegas a la labor de Staples, pero sí el aspecto en el que es fácil comprender la genialidad de este trabajo. Las expresiones fáciles son en general prodigiosas. En particular las de Alana, protagonista femenina, son un impresionante recorrido emocional por todos los estados de ánimo y situaciones que tiene que vivir en el comienzo de su aventura. Las espléndidas viñetas a toda página con las que Staples cierra cada uno de los seis números que comprende este volumen son la guinda perfecta a un trabajo a tener en cuenta. Saga ofrece así una historia ágil y eficaz en un marco de ciencia ficción con incontables referencias argumentales y visuales. Pero ofrece, sobre todo, un relato humano en un entorno salvaje. Es la historia de dos padres primerizos que tienen que huir para sobrevivir, que se plantean dilemas sobre su modo de vivir y sobre los retos de criar a una niña pequeña. Y es, al mismo tiempo, una narración de fantasía completísima que consolida a Vaughan como un autor brillante para convertir en adulta la ficción más descabellada y a Staples como una dibujante formidable para hacer creíbles esos mundos tan distintos entre sí. Una delicia que, manteniendo estas constantes, incluso puede mejorar en próximos números.
El libro contiene los seis primeros números de Saga, editados originalmente por Image Comics entre marzo y agosto de 2012. La serie llegó a España antes de lo que suele ser habitual y con todos los números que ya habían visto la luz en Estados Unidos, pues el séptimo salió a la venta a mediados de noviembre. El volumen incluye las portadas originales de los seis números y un artículo de José Torralba que da, con suma precisión, las claves para contextualizar la obra.