‘G. I. Joe’ 21, de Larry Hama

Corría el año 1984 cuando, quizá por primera vez, se publicó un cómic mudo, sin diálogos ni onomatopeyas. Para sorpresa de muchos, esa historia, Interludio silencioso, apareció en el número 21 de G. I. Joe. A Real American Hero, serie escrita por Larry Hama que tenía el único objetivo de popularizar la conocida línea de figuras de acción comercializada por Hasbro. Sin perder de vista ese objetivo, esta historia ha ido generando su propia leyenda y convirtiéndose en, probablemente, la mejor historia jamás publicada de G. I. Joe. Todo nació del éxito de los juguetes de Star Wars que vendía Kenner. Hasbro recurrió a G. I. Joe por el infalible atractivo del Ejército norteamericano en su país y pidió a Marvel que desarrollara la historia y publicara un cómic con sus aventuras. Jim Shooter, editor en jefe de Marvel, le dio el trabajo a Larry Hama. “Fui la última persona a la que preguntaron, todos los demás lo rechazaron. No conseguía ningún otro trabajo como escritor, así que lo cogí. Si me hubieran propuesto escribir Barbie lo habría hecho también”, confesó Hama en una entrevista de 2009 a la web Comic Book Resources.

El cómic, que arrancó en junio de 1982 con Hama como escritor hasta 1994, llenaba el vacío de títulos militares que solo cubría entonces Sargento Rock, de DC. Y estaba pensado, por encima de cualquier otro objetivo, para satisfacer las ansías de más material de los niños que compraban las figuras de acción. El número 21, de marzo de 1984, cambió la concepción que se tenía de la serie. Fue una historia autoconclusiva de 22 páginas, Interludio silencioso, con una característica muy especial: no tenía ni una sola palabra en él. Ni diálogos, ni cartuchos, ni efectos de sonido, ni onomatopeyas. Solo una narración visual. “¡La historia más inusual de G. I. Joe hasta ahora!”, decía la portada. En las páginas interiores, Storm Shadow llegaba a una fortaleza de Cobra con un preciado botín: Scarlett, a la que ha capturado y maniatado. El Comandante Cobra celebra la conquista. Mientras tanto, Snake Eyes se lanza a una misión suicida de rescate. Destro detecta al Joe y cuando ve a uno de sus soldados vencido, se lanza a su captura. Scarlett, mientras tanto, consigue escapar, pero Storm Shadow va tras ella con sus Ninjas Rojos. Mientras los Joes intentan huir, Snake Eyes y Storm Shadow acaban protagonizando un emocionante duelo.

Hama se hizo también cargo del dibujo de este número en lugar del habitual Mike Vosburg, lo entintó Steve Leialoha y lo coloreó George Roussos. En 117 viñetas y 22 páginas, Hama había cambiado el devenir de G. I. Joe. Se llegó a extender el rumor de que la ausencia de diálogos se debía a que no hubo tiempo para ponerlos, pero su autor le desmintió desde el principio. “Quería hacer una historia que fuera completa, con su comienzo, su nudo, su desenlace, su conflicto, su desarrollo de personajes, su acción y su resolución, sin bocadillos, onomatopeyas o efectos de sonido”, dijo a Comics Interview en 1986. Pero la historia, a pesar de su carácter rompedor, no gustó en el momento de su edición. “Al principio los lectores la odiaban. Sentían que se les hacía trampa por no haber diálogos y porque se leía demasiado deprisa. Ese número recibió mucho correo negativo”, dijo Hama en otra entrevista a la web Joe Battlelines en 2002. Pero las cartas que publicó Marvel entonces fueron elogiosas… a excepción de una. “Podría haber sido uno de los mejores números si hubiera tenido diálogo. Por favor, nunca más hagáis un número así”, decía Seth Kushner, que años más tarde se acabaría convirtiendo en un fotógrafo de éxito que tendría la ocasión de retratar a Hama. “Larry me dijo que debí de ser uno de los chicos que no la entendía. Tenía razón”, explicó Kusher entonces.

En Interludio silencioso están las claves de las aventuras de G. I. Joe de los siguientes años y las que han hecho de la franquicia un producto querido para tantas generaciones: la relación entre Scarlett y Snake Eyes, la rivalidad fratricida entre Snake Eyes y Storm Shadow, el duelo entre Destro y el Comandante por el poder en Cobra, la fascinación de Destro por la Baronesa… y mucha acción. Por si hacen falta más razones para adorar este número, fue la primera aparición en el cómic de Storm Shadow. Snake Eyes es el personaje favorito de Hama, como también lo es de una gran mayoría de los aficionados a esta singular franquicia de acción. Y una de las razones del éxito de G. I. Joe estaba en que tenía muchas lectoras por la presencia de personajes femeninos fuertes, lo que explica que Scarlett protagonice esta historia. Dos curiosidades. La granada que Snake Eyes lanza a los Ninjas Rojos es un homenaje a la forma en que Indiana Jones esquiva un combate a espada con un disparo en En busca del Arca perdida. Y el traje con el que Hama dibuja a la Baronesa, el más conocido y sexy del personaje, aún no había hecho acto de presencia en el cómic.

En España, Interludio silencioso no tuvo una edición demasiado afortunada, como sucedía habitualmente en aquella época con muchas series. Los títulos de Marvel estaban en manos de Cómics Fórum, que tenía la costumbre de partir historias para adecuarlos a ejemplares de 36 páginas. Eso le sucedió al número 21 de G. I. Joe, que apareció en los números 13 y 14 de la edición española, publicados en julio y agosto de 1988. La portada original de Hama se vio únicamente a un tamaño muy reducido en el número 14. En la edición británica, en los números 37 y 38 de Action Force, se incluyó un prólogo y un epílogo, igualmente mudos y titulados Consecuencias y Verdad, para insertar la historia en la continuidad de la serie. En 2008 Hama escribió Silence Between Borders, la misma historia rellenando los huecos que dejó la narración original, y dibujada por Jeremy Dale. Ese cómic se vendió de forma conjunta con dos figuras de acción de Snake Eyes y Storm Shadow. Estas modificaciones editoriales dan una idea del calado que tuvo esta historia entre los seguidores de la serie, por pocos que puedan ser en España.