Editorial: Planeta DeAgostini.
Guión: Neil Gaiman.
Dibujo: Dave McKean.
Páginas: 48.
Precio: 9,95 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Febrero 2012.
Tener dos nombres de la categoría de los de Neil Gaiman y Dave McKean es motivo más que suficiente para acercarse a una novela gráfica con emoción e ilusión. Violent cases, además, es el primer cómic que publicaron ambos, reeditado en España por Planeta DeAgostini hace algo más de un año para hacer las delicias de nostálgicos y nuevos lectores. Violent cases es un cómic adulto, ejemplar y revelador de las posibilidades del medio y de ambos autores, que, además, no nota en absoluto el paso del tiempo. La novela gráfica se publicó por primera vez en el Reino Unido en 1987, y no llegó a Estados Unidos hasta 1991, cuando Neil Gaiman ya era una celebridad en el mundo del cómic gracias a The Sandman y Dave McKean había llegado al estrellato ilustrando el Batman. Arkham Asylum escrito por Grant Morrison, ambos de la mano de DC Comics. Después, como obra de referencia que ya es, ha tenido numerosas reimpresiones. Y no deja de ser curioso que el tiempo sea el mejor elemento para juzgar Violent cases con diversas perspectivas.
Como Gaiman explica en la introducción que contiene este volumen, y que pertenece a la primera edición norteamericana de 1991, es la época el motor de la génesis de esta obra. “Eran tiempos emocionantes. Los dos estábamos embriagados por el potencial del medio, por la idea -rara en aquel momento- de que los cómics ya no eran exclusivamente para niños (si es que alguna vez lo fueron)”, afirma. Cita Gaiman en esa introducción títulos como Maus, Watchmen, Love & Rockets y Elektra: Asesina. Es decir, que en el nacimiento de Violent cases es notable la influencia de nombres tan legendarios como Art Spiegelman, Alan Moore o Frank Miller. El primer trabajo en el mundo del cómic de Gaiman y McKean, en cambio, supone un giro adulto y personal al medio, más allá del mundo de los superhéroes que triunfaba, casi monopolísticamente entonces, y que todavía sigue siendo esencial para entender la industria del cómic. Esta es una historia con aires biográficos y personales. La narración arranca con un protagonista adulto que recuerda eventos de su niñez, cómo su padre le rompió el brazo cuando tenía cuatro años, sin aclarar si fue accidental o intencionadamente, y le llevó a un osteópata que en su día trató a Al Capone. Esa es la primera clave esencial de este título: es un recuerdo y, por tanto, carente de fidelidad absoluta. Eso McKean lo entiende a la perfección, distorsionando la memoria con dibujos cambiantes y casi oníricos.
Si algo distingue esta novela gráfica y le ha hecho sobrevivir sin problemas al paso del tiempo cusando hoy el mismo efecto que podía causar hace ya un cuarto de siglo es la mezcla entre la sencillez realista que se deriva de ser el recuerdo de un niño contado por un adulto y la complejidad emocional y psicológica que contiene el retrato tanto a través de los personajes de forma individual como de la historia en general. Violent cases no es una lectura fácil, está llena de simbolismos y gramáticas narrativas alejadas de lo lineal. Pero es asombrosamente satisfactoria, una primera muestra de la genialidad de Neil Gaiman al guión que después explotaría en tantas historias y, sobre todo, en Sandman. Por seguir con los ejemplos que Gaiman citaba en su introducción, el ilustrador Dave McKean se acerca mucho más al dibujo de Bill Sienkiewicz en Elektra: Asesina que al de Dave Gibbons en Watchmen o Spielgelman en Maus. Pero más que su trazo, igualmente soberbio, lo que asombra aquí es su discurso, su forma de narrar, su rompedora concepción de la página y de la viñeta, las distintas tipografías que identifican quién está hablando en cada momento, los ángulos que escoge para colocar su punto de vista. Nadie diría que es el primer trabajo publicado de un ilustrador.
El protagonista y a la vez narrador de Violent cases tiene un claro parecido físico con Gaiman, aunque no se trata de una historia autobiográfica pese a que este detalle lo pueda dar a entender. Sin perder la perspectiva temporal, de nuevo, no se puede considerar interesada esta elección de McKean, quién sabe si pactada con el propio Gaiman o improvisada, ya que cuando se publicó la novela gráfica ambos eran unos desconocidos. Además, por aquel entonces los lectores no tenían la facilidad actual para acceder a sus autores favoritos y conocer su aspecto físico. La contraportada del volumen de Planeta DeAgostini recopila frases de autores tan significativos como Clive Baker, Bill Sienkiewicz y Alan Moore. Obviamente, son frases elogiosas que hablan del carácter rompedor e histórico de este cómic. Son frases colocadas ahí por un departamento de marketing. Pero encierran muchas verdades. Porque Violent cases es “un hito en la narrativa del cómic», “una obra maravillosa, conmovedora, graciosa y escalofriante” y “evoca sensaciones desconocidas de un modo desconocido”. Una maravilla imprescindible.