Guión: Kurt Busiek y Geoff Johns.
Dibujo: Pete Woods y Renato Guedes.
Páginas: 200.
Precio: 19,95 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Julio 2013.
Tras los sucesos de Crisis Infinita y 52, sobra decir que Superman tenía que recuperar sus poderes y recuperar su lugar en el panteón superheroico de DC. Ese fue el encargo que recibieron dos guionistas expertos y capaces, Kurt Busiek y Geoff Johns, y eso es lo que plasmaron en Hacia el infinito, una historia de ocho partes recopilada ahora en un único volumen por ECC. La historia supone una aproximación a un concepto siempre interesante, la esencia de Superman y de Clark Kent, su auténtica personalidad, con o sin traje, con o sin poderes. Funciona la reflexión por la mencionada habilidad de los escritores, que saben crear un crescendo por el que hacen pasar a unos cuantos personajes del universo DC y del propio mundo de Superman hasta llegar al clímax final, que quizá es donde la historia se convierte en algo más previsible y menos original. Con algunos picos de intensidad y varias escenas brillantes, ésta es una historia bastante uniforme en casi todo, incluso en su autoría, porque Busiek y Johns, como en 52, se fusionan a la perfección, y los dibujantes Pete Woods y Renato Guedes combinan bastante bien, aunque el primero parece dar un mejor resultado.
No acaba siendo así, pero leyendo la primera mitad de Superman. Hacia el infinito, se tiene la impresión de que su cubierta es un pequeño engaño al lector. La historia hasta ese momento no trata sobre el Hombre de Acero, sino sobre Clark Kent. Sin poderes, no hay héroe. Pero queda el periodista del Daily Planet, queda el marido de Lois Lane, queda el hombre más allá del disfraz. Busiek y Johns responden con eficacia a la pregunta de qué haría Superman sin poderes y, aunque puede que sea de una forma no del todo consciente, profundizan en el siempre jugoso debate de cuál es la personalidad real, la de Clark o la de Superman. Esas dos personalidades parten narrativamente la historia por la mitad y, por paradójico que pueda parecer, la primera acaba siendo más apasionante. Esto es así por el buen uso de los secundarios del universo DC (Supergirl, Green Lantern, Hawkgirl…), la muy acertada visión de la relación entre Clark y Lois (que, eso sí, encuentro su mejor instante en el monólogo de Lois en una sola página ya del quinto capítulo), el toque de humor realista en torno a Clark y Perry White, y, por qué no admitirlo, el hecho de que el lector está acostumbrado a ver al héroe y no a la persona. La segunda parte viene a ser un nuevo enfrentamiento definitivo entre Superman y Lex Luthor. Bien llevado, espectacular, pero más convencional. ¿Superman viviendo sin poderes y aceptándolo por completo? Eso sí es más novedoso.
Quizá también influya en esa percepción sobre las partes más superheroicas del relato que esas páginas no son precisamente las mejores de Renato Guedes. También afecta que para cuando el brasileño aparece en la saga, en el cuarto episodio, Pete Woods ya ha convencido con su estilo y los saltos de estilo, por mínimos que sean, siempre conllevan el peligro de sobresaltar al lector. Son, en todos caso, ilustradores que se mueven en parámetros similares e incluso valorando como más positivo el trabajo de Woods no hay una diferencia tan grande entre uno y otro. Entre los dos consigue que la acción funcione, pero también los momentos más intimistas. Woods destaca especialmente en las páginas iniciales del libro, en su atractiva aunque poco rompedora versión de Supergirl, y sobre todo en Lois, lo que hace con las escenas de Clark con su esposa sean las mejores de su parte de este arco argumental. Guedes se mueve más a gusto en las partes más realistas y en la ambientación (gran viñeta final de Superman observando su nueva Fortaleza de la Soledad), tanto del mundo de Clark como del de Superman, aunque sea precisamente el Hombre de Acero lo que menos llama la atención de sus páginas.
A pesar de que Superman. Hacia el infinito es una historia muy vinculada a las sagas que sucede, por las consecuencias que produjeron en el personaje y que son las que hay en el punto de partida de este nuevo arranque de las series mensuales del Hombre de Acero, Busiek y Johns hacen su lectura sumamente asequible. Lo único que hace falta saber lo explican en convenientes y breves flashbacks y en una introducción preciosa, especialmente para el fan de Superman, porque viene a ser todo un homenaje a su importancia como héroe, a su trascendencia como personaje y al legado que dejaría en caso de desaparecer, siempre desde una mirada positiva y agradecida. El libro contiene los números 837 a 840 de Action Comics y los números 650 a 653 de Superman, publicados por DC Comics entre marzo y junio de 2006. El único contenido extra que incluye el volumen, además de los artículos de Javier Olivares Tolosa que contextualizan la historia, son las portadas originales realizadas por Terry Dodson. La del 840 de Action Comics es la que ECC utiliza en la cubierta de su recopilatorio.