CÓMIC PARA TODOS

‘Peter Pank’, de Max

Peter-Pank-integral-alta-2Editorial: La Cúpula.

Guión: Max.

Dibujo: Max.

Páginas: 172.

Precio: 27 euros.

Presentación: Cartoné.

Publicación: Diciembre 2011.

Los nombres de Peter Pank, el personaje y la obra, y Max, el autor, hablan de irreverencia por los cuatro costados. Esta parodia de Peter Pan, más de la versión de Walt Disney que del libro original de J. M. Barrie, es uno de los títulos de referencia del cómic underground español de los años 80. Un clásico gamberro, imprescindible sobre todo para quienes respiraban y vivían el cómic español de los 80, que tiene una edición integral de lujo que recopila las tres historias del personaje para que las nuevas generaciones se asombren con su contenido. Eso y el diverso material extra hará las delicias de los nostálgicos, y seguro sorprenderá a quien se acerque a este Peter Pank por primera vez. Nacido en la revista El Víbora, Peter Pank se publicó como álbum en 1984. Su secuela, El licantropunk, llegó en 1987. Y la tercera y última entrega del personaje, Pankdinista!, vio la luz en 1990. Ediciones La Cúpula ha restaurado y reunido las tres historias en un volumen integral de lujo, con una galería de ilustraciones realizadas por Max y tiras de este singular personaje aparecidos en otros lugares. Es, sin duda, la edición definitiva de estas historias, que debutaron hace ya casi tres décadas.

Como ya se ha dicho, Peter Pank, la primera historia, es una parodia directa del Peter Pan de Disney. Ana cuenta a sus hermanos historias de Peter Pank, como Wendy hacía lo propio sobre Peter Pan en la clásica aventura, cuando éste aparece en la habitación de la joven buscando a su sombra. Todos acaban viajando a Puniklandia, remedo del País de Nunca Jamás, donde se enfrentarán al capitán Tupé, un capitán Garfio muy distinto al que conocemos, con la ayuda de Kampanilla. La clave de esta parodia está en la identificación de los grupos de la historia con bandas urbanas de la España de la época. Los niños perdidos son punkies, los piratas son rockers, los indios son hippies y las sirenas son ninfómanas. De esta forma, Max se olvida de toda corrección política para dar rienda suelta a todo tipo de bromas salvajes sobre violencia, drogas y, sobre todo, sexo, que no dejan buen parado a ningún personaje de este pintoresco cuadro. Es un cómic rompedor en muchos sentidos, gamberro e irreverente, hijo sin duda de su época por los sentimientos de rebelión que desprende cada página, cada diálogo, cada personaje.

El final abierto de la primera historia desemboca en el comienzo de El licantropunk, que se convierte en un homenaje al cine de terror más clásico, en especial a Dracula y los hombres lobo que se intuyen en el título. Max mantiene la presencia de escenas de sexo, aunque no son tan explícitas como en la primera entrega y se limitan a desnudos femeninos, y continúa introduciendo a diferentes tribus urbanas para desarrollar sus historias, convirtiéndose los skins se convertirán en inesperados aliados de Peter Pank. Quizá el problema de esta segunda entrega esté en que la capacidad de sorpresa y rebeldía que tenía la primera historia ya no podía ser la misma. Divertida, pero menos rompedora. Pankdinista!, cierre de esta subversiva y singular trilogía que basa su título en la revolución sandinista nicaragüense de 1979, recuperando y amplificando el toque de crítica social de la primera entrega. El capitalismo ha llegado a Punkilandia y Peter Pank lidera a las tribus que deciden rebelarse contra el sistema. Sin sorpresa, claro, pero puede que su autor se contuviera menos aún en esta tercera entrega que en la primera. A pesar de que, como las dos primeras partes, cuenta con un final abierto, Max no ha retomado ni piensa retomar las aventuras de este personaje, emblema del cómic underground de la época.

Por la ruptura que representa, la historia más atractiva es la del primer volumen, pero en el apartado gráfico destaca mucho más la segunda, bastante más cuidada y elaborada después del éxito de Peter Pank. La tercera tiene un dibujo menos detallista, pero gana en su capacidad de ser metáfora de la sociedad. En los tres álbumes hay constantes referencias a obras del cómic y la cultura popular, como Conan, Tintín, Astérix o Hazañas bélicas. Esas alusiones son parte indudable del encanto rebelde de Peter Pank. Un primer vistazo puede limitar Peter Pank a una simple parodia rebelde, aunque incluso como tal es un divertimento único y personal de uno de los grandes nombres del cómic español de las últimas décadas. Pero, en realidad, es mucho más que eso. Es una obra de su tiempo, cargada de un simbolismo que ha resistido el paso de los años y que encaja perfectamente con la cultura minoritaria y subversiva de los años 80. A lo largo de las tres entregas, Max hace evolucionar a un personaje que tenía el riesgo de quedarse en una caricatura, y le convierte, a su manera, en todo un icono del cómic español.

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Esta entrada fue publicada el 29 agosto, 2013 por en La Cúpula, Max.

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