Guión: Travis Beacham.
Dibujo: Sean Chen, Yvel Guichet, Pericles Junior, Chris Batista y Geoff Shaw.
Páginas: 112.
Precio: 14,95 euros.
Presentación: Cartoné.
Publicación: Agosto 2013.
El cómic es un medio recurrente para que las grandes películas de Hollywood ofrezcan algo más al espectador. Este mismo verano, Star Trek. En la oscuridad fue un ejemplo perfecto con la precuela que supuso Hacia la oscuridad. Con Pacific Rim, Guillermo del Toro ha decidido seguir un camino parecido y ofrecer una precuela en viñetas, Pacific Rim. Año cero, escrita como la película por Travis Beacham. De esta forma, y a pesar de que Beacham no había escrito antes una novela gráfica, Del Toro se garantiza una cohesión inmejorable entre el cómic y el filme. Siendo el filme un espléndido espectáculo veraniego de efectos especiales, mucho mejor de lo que indica la tibia acogida por parte de la crítica y sobre todo de la taquilla, el cómic viene a ser algo parecido con algunos matices. Es difícil que quien haya disfrutado de la versión cinematográfica no encuentre elementos de interés en las historias previas que contiene esta novela gráfica, porque forma parte del mismo universo, ya familiar. Pero el cómic va algo más lejos porque profundiza más en los personajes. No es un cómic de grandes batallas épicas entre monstruos gigantes y robots, que apenas tienen protagonismo en las páginas (cuando lo tienen, espectaculares). Es, por tanto, lo mismo, pero es diferente.
Pacific Rim. Año cero funciona porque expande el universo de la película, pero también la propia película. La novela gráfica, cuya lectura es más recomendable después del visionado del filme para no reventar alguna sorpresa, sigue a una periodista, Naomi Sokolov, que quiere escribir un artículo sobre la invasión de los kaijus desde diferentes puntos de vista. Pero dentro de esa materia, no tiene muy claro qué quiere plasmar. ¿Ilusión? ¿Desesperanza? Una vez introducida la conductora del relato, la narración da un salto once años atrás para mostrar algunas consecuencias del primer ataque de los monstruos, el llamado día K, en San Francisco, que apenas aparece en la película durante un instante. Este primer segmento tiene la característica de ser el más cercano a la película en su nivel de acción. Después se acerca a los científicos que desarrollaron el sistema de control de los Jaegers, una historia mucho más emocional y humana, quizá lejos de lo que el lector cabría esperar de un cómic de Pacific Rim y, precisamente por eso, bastante interesante. Descubrimos a continuación que Naomi estuvo relacionada en los inicios del programa Jaeger con el protagonista del filme, Raleigh Beckett, y su hermano, Yancy. Pentecost, líder del programa Yaeger ya había sido introducido en la primera parte del cómic, pero a partir de aquí tiene mayor protagonismo. De hecho, es aquí donde se cuenta su historia como piloto y, en buena medida, como ser humano. Y como es el personaje que más llama la atención en la película, aquí están probablemente las mejores páginas del cómic.
Lejos de ser un mero añadido pensado para ganar dinero, Pacific Rim. Año cero es una lectura bastante consistente. Quiere ser, en realidad, algo más que el producto del que se desgaja, busca una mayor profundidad desde su arranque y, sobre todo, en sus conclusiones finales, sin escatimar por ello la acción que cabe esperar de una novela gráfica como ésta. Evidentemente, no tendría ninguna razón de ser sin la película, pero también establece una sinergia bastante positiva con ella. No es un un estorbo o algo sobrante. Al contrario, es un atractivo añadido a lo que Guillermo del Toro ha plasmado en la pantalla. Visualmente, y a pesar de que cada segmento está dibujado por un ilustrador diferente, hay una cohesión bastante agradecida en todo el cómic, y también con la película, que no devora de todos modos la identidad de cada uno de los cinco dibujantes que se suma al proyecto. Sean Chen y Chris Batista, probablemente los dos artistas más conocidos de este grupo, son los que más brillan. Algunos de los momentos más destacados son la batalla sobre San Francisco o la onírica fusión de mentes para la conducción del Jaeger, pero en general hay un dominio de los elementos más fantásticos de la historia y también de los más personales. Eso, y el correcto guión de Beacham, es lo que hace que merezca la pena la lectura de este Año cero.
Legendary Comics, filial de la productora cinematográfica, publicó la novela gráfica el pasado mes de junio. La edición española del libro, a cargo de Aleta, incluye una introducción de Travis Beachan, hablando de la gestación tanto de Pacific Rim como de Pacific Rim. Año cero, un pequeño portafolio de seis páginas que explica cómo es el proceso creativo, mostrando siete páginas del cómic desde que están en el guión hasta que están finalizadas, y una doble página para presentar a los kaiju, los monstruos gigantes de la historia.