CÓMIC PARA TODOS

‘El Llanero Solitario’, de Gore Verbinski

LONER_009H_G_SPA-ES_68.5x98.5.inddTítulo original: The Lone Ranger.

Director: Gore Verbinski.

Reparto: Armie Hammer, Johnny Depp, William Fitchner, Tom Wilkinson, Ruth Wilson, Helena Bonham Carter, James Badge Dale, Bryant Prince.

Guión: Justin Haythe, Ted Elliott y Terry Rossio.

Música: Hans Zimmer.

Duración: 149 minutos.

Distribuidora: Walt Disney.

Aunque el Llanero Solitario no nació en el cómic, es un medio al que estuvo vinculado desde casi el principio de su andadura. El personaje surgió en la radio, en un serial de 1933, en 1938 dio el salto a las tiras de prensa, medio en el que se mantuvo ininterrumpidamente hasta 1971, y en 1948 vio la luz su primer comic book. Por tanto, las viñetas han sido esenciales en el desarrollo de este legendario Llanero y su fiel ayudante indio, Tonto. Esta que ha dirigido Gore Verbinski con Armie Hammer interpretando al protagonista es la quinta versión cinematográfica. Además de los dos seriales cinematográficos de 1938 y 1939, antes llegaron The Lone Ranger (Stuart Hesiler, 1956), traducida en España como El guardián enmascarado y protagonizada por Clayton Moore; The Lone Ranger and the Lost City of Gold (Lesley Selander, 1958), con el mismo protagonista; La leyenda del Llanero Solitario (William A. Fraker, 1981), con Klinton Spilbury en el papel principal; y la televisiva El Llanero Solitario (Jack Bender, 2003), con un reparto encabeza por Chad Michael Murphy.

Quien se acerque a esta nueva película pensando en el Llanero Solitario más clásico, el de los seriales más que el de algunas de las películas mencionadas, tiene que tener en cuenta dos cuestiones. La primera, es que tarda en aparecer. Cierto que hay otros relanzamientos de personajes clásicos que siguen esa senda (por ejemplo, Batman Begins, de Christopher Nolan), pero si no se conduce el proyecto extremadamente bien, y no es el caso en algunos sentidos, eso hace que la duración de dos horas y media resulte claramente excesiva. La segunda, que esta es una película en la que el protagonismo absoluto lo tiene Johnny Depp en su papel de Tonto y, por qué no decirlo, también en virtud de su rol como productor ejecutivo. Es una película a mayor gloria del protagonista de Piratas del Caribe, película a la que, intentándolo o no, se acaba asemejando demasiado (Verbinski dirigió las tres primeras entregas de esa franquicia), que marca un tono exageradamente cómico que arrastra al protagonista (y no, el Llanero Solitario no es un personaje cómico) y que le roba escenas que tendrían que ser suya y que Armie Hammer no consigue apropiarse porque no tiene el carisma que demanda un personaje con tanto bagaje a sus espaldas.

Sin embargo, esas son las malas noticias. Afortunadamente, también hay buenas noticias en El Llanero Solitario. No ocultan los defectos de la película, pero sí hacen que el resultado sea bastante más entretenido de lo que se pudiera esperar. El triunfo más evidente y disfrutable de la película es un sabor a puro cine del oeste que hay en bastantes tramos de la película, en especial en su primera hora. Es toda una paradoja, porque es justo en ese tramo donde mayor es la tentación de recortar metraje para una película del Llanero Solitario, pero Verbinski consigue ser fiel a las características del género y rueda unos hermosísimos planos. El desenfreno final también se agradece. Aún manteniendo aún el tono cómico que preside la película, incluso aumentándolo si cabe, es todo un espectáculo delirante que se convierte en acción propia del Llanero Solitario gracias entre otras cosas a que la banda sonora de Hans Zimmer, bastante efectiva durante toda la película, deja paso a la mítica obertura de Guillermo Tell que sirvió de leit motif al Llanero en sus primeros seriales cinematográficos. Dejándose llevar, en ese final sí se ve al Llanero en todo su esplendor.

Quizá el resultado habría sido mucho mejor de haber apostado claramente por esas vías, pero a la mencionada influencia de Piratas del Caribe (derivada, hay que insistir) hay que sumar la de Sherlock Holmes, pues la dinámica entre el Llanero y Tonto intenta parecerse a la que Robert Downey Jr. y el Watson de Jude Law mantienen en las dos películas de Guy Ritchie. Así, la personalidad de El Llanero Solitario acaba algo diluida y pesa aún más su duración y los tiempos muertos que hay entre las grandes secuencias de acción que ofrece la película (esencialmente, la primera y la última). Al final, a pesar de las malas críticas y de la escasa recaudación en los países donde ya se ha estrenado, la película encierra un buen entretenimiento, con pocos guiños al seguidor más clásicos del Llanero, bastantes momentos que gustarán al incondicional del western más esencial y mucho humor pensado para convencer a los incondicionales de la comedia de acción contemporáneo a a los seguidores de Piratas del Caribe. Un típico producto veraniego sin demasiado espíritu pero que, aceptando sus problemas, funciona relativamente bien.

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Esta entrada fue publicada el 21 agosto, 2013 por en Cine, Disney.

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