CÓMIC PARA TODOS

‘Antes de Watchmen. El Comediante’, de Brian Azzarello y J. G. Jones

comediante1_BREditorial: ECC.

Guión: Brian Azzarello.

Dibujo: J. G. Jones.

Páginas: 32 por ejemplar (6).

Precio: 2,50 euros por ejemplar.

Presentación: Grapa.

Publicación: Noviembre 2012 – mayo 2013.

Al igual que lo último que aparece en esta miniserie, lo primero que se ve en Watchmen es la sangre del Comediante. Su papel como catalizador de la búsqueda de Rorschach en la obra de Alan Moore y Dave Gibbons daba prácticamente carta blanca a Brian Azzarello y J. G. Jones a la hora de escribir esta precuela de Antes de Watchmen. Los ejes por los que opta Azzarello no tienen nada que ver con los demás héroes disfrazados de la franquicia, sino que coloca a Edward Blake en torno a los Kennedy y Vietnam, dándole una historia incluso más turbia que la que brillantemente se apuntaba en Watchmen y sin acercarse a su papel en los planes de Ozymandias, algo que se ve en esa miniserie o en la de Moloch (este personaje es, precisamente, el único nexo de unión con la novela gráfica original). Esto es antes de Watchmen pero también al margen de Watchmen, un retrato del Comediante que quiere ser absolutamente independiente de la mítica obra de Moore y Gibbons. Jones, por su parte, da muchísima vida al guión de Azzarello haciendo que el escenario, sea el Washington de despachos y trajes o la jungla vietnamita, se convierta en un personaje más.

Azzarello ha querido que sus dos participaciones en Antes de Watchmen (ésta y Rorschach) aborden aspectos truculentos pero desgajados de la narración original, muy lejos por ejemplo del optiismo vitalista de Darwyn Cooke en Espectro de Seda o Minutemen o de la reflexión filosófica de J. Michael Straczynski en Dr. Manhattan. En el caso de El Comediante, ahonda en lo que hace de Blake Jones un tipo mujeriego, morboso (ojo a la combinación de ambos elementos en su escena con Marilyn Monroe), violento y fácilmente despreciable cuando su reputación ya está plenamente establecida y ha llegado a lo más alto, al despacho oval de la Casa Blanca. Su relación con los hermanos Kennedy, incluso con Jackie, la primera dama y los celos que en ella despierta Marilyn, construye lo más logrado de la serie. Y, sobre todo, lo que se ve en el primer y en el último número. Las teorías de la conspiración y su participación en ellas hacen del Comediante un personaje muy interesante. Azzarello hace de los Kennedy una presencia recurrente en los seis números de la miniserie, pero el corazón está en Vietnam. Si el Comediante es un tipo violento, ¿qué mejor lugar en la época para desplegar todas sus habilidades, vicios y sensaciones?

Aunque no es en Vietnam donde Azzarello encuentra sus momentos más inspirados, sí permiten el mayor lucimiento de J. G. Jones. No es que sus retratos de John Fitzgerald, Robert y Jackie Kennedy no merezcan la pena (al contrario, pocas veces ha parecido tan asfixiante el interior de la Casa Blanca como durante la conversación entre el Comediante y la esposa de JFK), pero la jungla vietnamita y el sucio ambiente de aquella guerra se palpan en las ilustraciones con mucho más acierto que el calor de las revueltas urbanas que protagoniza el tercer número, y que está lejos por ejemplo de los logros que alcanza Lee Bermejo en ese territorio con Rorschach. En conjunto, el trabajo de Jones es muy completo y sólido, saca muchas emociones de sus personajes, lo que en el caso del protagonista no deja de ser complejo dado su carácter sociopático. El trabajo de color de Alex Sinclair también aporta una inmensa riqueza al acabado, porque luces y sombras hablan en esta miniserie con mucha elocuencia, hasta llegar al conocido contraste del hilo de sangre en la figura del smiley que el Comediante lleva en su solapa.

Los momentos más definitorios de El Comediante están en las conversaciones más que en la acción. Dice mucho más sobre el personaje ese maravilloso momento de intimidad con Moloch, reflejo de que ya ofrecieron Moore y Gibbons en Watchmen, o el desarrollo del sexto número con Bobby Kennedy, que todas las sangrientas acciones de Edward Blaker en la guerra. Y así esta serie consigue momentos muy impactantes, pero el conjunto deja un regusto algo más amargo de lo que prometía tras su excepcional arranque. DC publicó los seis números de esta miniserie de Antes de Watchmen entre junio de 2012 y abril de 2013. La edición española reproduce todas las ilustraciones que J. G. Jones hizo para las cubiertas, incluyendo la alternativa que él mismo hizo para el sexto número, y las que hicieron Eduardo Risso (este dibujo también aparece como póster en el cuarto número) y Jim Lee (dos variantes) para el primero, Tim Bradstreet para el segundo (póster en el quinto), John Paul Leon para el tercero, Brian Steelfreze para el cuarto, Gary Frank para el quinto y Rafael Albuquerque para el sexto, esta última sólo como póster en el mismo número.

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Esta entrada fue publicada el 15 agosto, 2013 por en Brian Azzarello, Cómic, DC, ECC, J. G. Jones, Novedades, Watchmen.

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