‘El Cabezón de Acero’, de Enrique V. Vegas

Editorial: Dolmen.

Guión: Enrique V. Vegas.

Dibujo: Enrique V. Vegas.

Páginas: 52.

Precio: 5 euros.

Presentación: Rústica.

Publicación: Junio 2013.

Con la oportunidad que suponía el estreno en cines de El Hombre de Acero, era inevitable la incursión caricaturesca de Enrique V. Vegas en el mundo de Superman. Esto es El Cabezón de Acero, una parodia de las aventuras del protector de Metropolis que, en realidad, no está directamente basada en la película de Zack Snyder sino en los mitos del personaje de DC Comics y su más popular encarnación cinematográfica, el Superman de Richard Donner interpretado por Christopher Reeve, de 1978. La cantidad de parodias con personajes cabezones que ha hecho Vegas en los últimos años (Espiderman, El Cabezón Oscuro, El Cabezón de los anillos, Los cabezones de las galaxias o Matris) permiten saber de antemano el tipo de humor y de narrativa que ofrece el autor, independientemente del personaje que caricaturice. Y en esta ocasión, Vegas vuelve a ofrecer diversión amable sin demasiadas complicaciones.

Aunque el logotipo de la cubierta emula el de El Hombre de Acero, es del Superman de Donner de donde Vegas adquiere la mayoría de las ideas para el esqueleto de su cómic.  Aunque sea con un personaje que aún no ha tenido encarnación cinematográfica, Darkseid, es inevitable comparar el uso que este Superman hace de la Torre Eiffel para atacar a su enemigo con los destrozos que protagonizaba el héroe en Superman III, enderezado de la torre de Pisa incluido. La referencia para Jor-El no es Russell Crowe, sino Marlon Brando, lo que le da pie al mejor chiste cinéfilo de esta historia, al parafrasear uno de los diálogos del actor en Apocalypse Now. Y el general Zod y sus seguidores emulan a Terence Stamp, Sarah Douglas y Jack O’Halloran. Incluso juega con la amnesia que sufre al final de la segunda película Lois Lane, aquí convertida en Luisa López. Vegas introduce con bastante acierto bromas sobre Aterriza como puedas, la relación entre Batman y Superman, los Angry Birds, la serie japoneas de animación Campeones, Los Simpson, los Vengadores, o incluso a referencias tan propias del público español como Naranjito, Supercoco o Camela.

Como ya es habitual en sus parodias, Vegas apuesta por el gag, por el chiste concreto, más que por una historia más desarrollada. Como dibujante, el dominio de la comedia que muestra es casi absoluto. Sus caricaturas siempre son brillantes, y sus splash pages suelen dejar la sensación de que podría perfectamente dibujar historias más serias. Quizá lo único que deja una sensación menos positiva es que sea un cómic en blanco y negro, no tanto porque se resienta el resultado final, sino porque tanto la cubierta como la contraportada, ambas a color, dan una idea de que el producto podría crecer de esta forma. En cualquier caso, El Cabezón de Acero se convierte así en un título simpático y agradable, que escoge lo más esencial de los mitos de Superman, haciendo así accesible su lectura a aficionados al cómic en general y no sólo a los del personaje al que homenajea. De hecho, son otras referencias culturales las que pueden pillar en fuera de juego al lector y no las más propias del cómic. Esta nueva entrega del humor paródico de Enrique V. Vegas, dentro de la colección Siurell de Dolmen, incluye como único contenido extra cuatro páginas de bocetos de páginas y de diseños de los personajes.